La encontraron en un pequeño rincón de un basurero abandonado: delgada, temblando y casi exhausta. Su pequeño cuerpo estaba cubierto de heridas, sus patas débiles, pero en sus ojos nublados aún brillaba un frágil rayo de luz: la esperanza de ser amada.

Había sido abandonada, golpeada y olvidada. Sin embargo, el destino parecía no querer darle la espalda. Una joven, miembro de un grupo local de rescate animal, la vio al pasar por ese camino. Se detuvo, la recogió, con lágrimas en los ojos al sentir cada débil respiración en la palma de su mano.

Los días siguientes fueron una serie de milagrosos avances. Cada pequeño tazón de avena, cada vez que le limpiaban las heridas, cada noche cálida bajo una manta fina… Poco a poco recuperó la vitalidad. Su débil cola comenzó a menearse levemente, sus tristes ojos volvieron a brillar. Y entonces, sonrió de verdad.
Ahora tiene un nuevo nombre: Lucky, símbolo de fe y amor infinito. La historia de Lucky conmovió a la comunidad en línea, recordándonos que un simple abrazo, un poco de cariño… basta para salvar una vida que se encuentra en peligro.

“El amor: lo único que nunca se desperdicia cuando se da.”