La gente no pudo evitar llorar al presenciar la escalofriante escena: un perro flaco, con llagas por todo el cuerpo y pus supurando de la boca, yacía inmóvil en la fría acera bajo el intenso sol. Sus ojos nublados y débiles parecían pedir a gritos un poco de calor, un poco de amor. Muchos pensaron que se derrumbaría para siempre, pero el destino no abandonó a esta pobre criatura.
Un grupo de voluntarios de rescate de animales llegó a tiempo y lo llevó a la clínica veterinaria en estado crítico. Los veterinarios lo trataron con urgencia, limpiaron la herida y le administraron líquidos para salvarle la vida. Ocurrió un milagro: tras unos días de cuidados, el perro volvió a comer, sus ojos se iluminaron gradualmente y meneó la cola ligeramente al sentir amor.
La imagen del infierno en la acera hasta el momento de la resurrección en brazos humanos conmovió a la comunidad en línea. Muchos compartieron que esta no es solo la historia de un perro salvado, sino también la prueba de que con un poco de amor, los milagros aparecen.